Un hombre francés de 53 años decapitó a su mujer en medio de un ataque de ira porque ella se negó, una vez más, a tener hijos con él, según declaró esta mañana en un tribunal de Pas de Calais, Francia.
En abril de 2007, Phillippe Cousin llamó a la policía de Arras, al norte de Francia, y simplemente dijo: ” Disculpen que los moleste, pero maté a mi mujer“. El hombre, que por ese entonces tenía 50 años, había decapitado con un cuchillo de cocina a su mujer, Nicole, que tenía 47 años, informó el sitio inglés Daily Mail.
La pareja llevaba casada más de 26 años, pero no tenían hijos en común, lo que originaba la mayor parte de las peleas que tenían. De hecho, ella seguía siendo virgen, según pudieron determinar los médicos que realizaron la autopsia al cuerpo.
Al parecer, la mujer de Cousin se negó a tener hijos porque tenía miedo de pasarle en sus genes enfermedades como la Esclerosis Múltiple, ya que su propio padre la sufría y no quería ver a sus descendientes correr la misma suerte.
Cousin se presentó esta mañana en el tribunal de Pas de Calais, donde declaró compungido: “Lamento el trabajo que les dí… Mi mujer gritó mi nombre y la decapité”, explicó tranquilamente al tiempo que sostuvo: “Ustedes pueden darse cuenta de que no estoy loco”.
El hombre explicó que al momento del crimen estaba pasando por una crisis de la mediana edad y que la mayor parte de las peleas con su mujer eran debido a que ella se negaba a tener hijos. “Su mujer amenazó con dejarlo, pero él nunca llegó a recibir tratamiento psicológico por eso”, señaló su abogado, Didier Robiquet.
El punto crítico del matrimonio llegó dos semanas antes de que Cousin cumpliera 50 años, en lo que Robiquet describió como una olla de presión: “Había estado frustrado por más de dos décadas y eso se transformó en una agresividad reprimida que finalmente explotó”, expuso el abogado.
Hasta el momento del asesinato, Cousin era considerado un excelente inspector de las oficinas postales, y un marido dedicado, pero conforme se acercaba al medio siglo de vida se lo veía cada vez más molesto porque no podía arreglar los problemas con su mujer.